jueves, diciembre 28, 2006

Al fin...!!!

Al fin hoy pudimos enviar los papeles a la Embajada de Canadá en Buenos Aires después de dos meses de haber obtenido el CSQ para así poder continuar con el proceso por el lado federal.

Tuvimos algunos tropezones insalvables que nos imposibilitó enviarlos antes pero por fin hoy se fueron. Espero que no tengamos ningún inconveniente con los documentos enviados y todo corra normalmente.

Nuestros tiempos hasta el momento:

20/07/2006 Envío de documentos a la delegación de Québec en Buenos Aires.
25/09/2006 Convocatoria para la entrevista.
24/10/2006 Entrevista en Asunción y obtención del CSQ
28/12/2006 Envío de documentos a la Embajada de Canadá en Buenos Aires.

Ahora solo queda esperar, creo que esta parte es la espera más larga y angustiosa. En fin, a armarse de paciencia…….

viernes, diciembre 22, 2006

Felices Fiestas !!

Finalmente las fiestas de fin de año van llegando lentamente. Aprovechando que cuento con este espacio en el cual he decidido volcar mis opiniones y pensamientos quiero dedicar unas palabras a esta época del año.

No quiero caer en cursilerías ni sentimentalismos propios de estas fechas, pasadas las cuales, todo vuelve a ser igual. No creo que nadie sea más bueno o mejor en la Navidad, o que la llegada de fin de año cambie así nomás al corrupto y ladrón.

Sí quisiera invitar a aquel que lo considere correcto, en especial a mis compatriotas, a reflexionar sobre un año más que se termina y lo logrado a nivel país.

Tengamos en cuenta que un año que se termina, tanto administrativamente hablando, como personalmente, es un año que pasa, que ya fue, que ya no lo recuperaremos, y si en este tiempo no hemos hecho los deberes correctamente, pensemos que nos queda cada vez menos tiempo para corregirlos.

Considero que la naturaleza es sabia y que las canas y las arrugas nos sirven para darnos cuenta que el tiempo está pasando y que llegará un momento en que aquellos "deberes" que no hicimos bien y tampoco los corregimos ya quedarán así y será nuestra culpa.

Por lo tanto, y esto va para los paraguayos que lean esto (si los hay), pensemos bien que el 2007 será un año de decisiones importantes que pueden marcar la diferencia entre seguir igual a como estamos o intentar cambiar el rumbo de nuestro país. Una vez más lo digo y me ratifico en esto, en nuestras manos está el cambio, acudamos a las urnas, y castiguemos con nuestros votos a los corruptos.

A principios del 2008 habrá elecciones generales, durante todo el 2007 llegarán con su cara de compadres, de camaradas, de buenos amigos, los candidatos potenciales. Querrán hacernos sentir que somos lo más importantes para ellos. Sepamos discernir entre los mismos "buitres" de siempre y aquellos que por lo menos representen una esperanza.

Yo en particular, espero que el 2007 sea un año de cambios en lo personal. Confío que durante ese año pueda afincarme ya en Canadá y que lo que venga después represente un cambio positivo en mi vida y en la de mi familia.

Si bien espero que estas fiestas de fin de año no sean las últimas que pase en Paraguay, sí espero que sean las últimas en los próximos años más cercanos. Espero que las siguientes pueda pasarlas, bueno, con algo de nieve.

A aquellos "bloggers" que se encuentran lejos de su tierra porque decidieron mejorar su vida, a aquellos que se encuentran lejos por necesidad, a aquellos que como yo están en este proceso migratorio y esperan poder asentarse pronto en algún país que les brinde mejores oportunidades, y en fin a todos aquellos que leen esto, mi deseos más sinceros de una Feliz Navidad y un 2007 mucho mejor que el año que se va.

Felices Fiestas !!

miércoles, diciembre 20, 2006

Mejores horizontes.

El día de ayer el Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD) presentó un informe sobre la situación política y socioeconómica del Paraguay y tocó en especial un tema bastante actual y preocupante: La migración.

Este informe revela una encuesta realizada según la cual el 40% de la población piensa en ir al extranjero a buscar mejoras económicas.

Debería ser bastante llamativo para el gobierno que casi la mitad de los habitantes del país tengan que pensar en esta salida. Y fijémonos bien que estos 40% hablan de mejoras económicas, es decir, no están conformes con su situación en cuanto a dinero se refiere. Aquí, tal vez no están reflejadas aquellas personas que también están pensando en emigrar por otros motivos como son la inseguridad personal y jurídica, la corrupción reinante, la falta de esperanza de que esto mejorará a corto plazo, etc. y entre los cuales mi familia y yo nos incluímos.

La migración hacia el extranjero que está sufriendo el Paraguay, un país de pocos habitantes, ha sido ya tema de debates periodísticos y comentarios de toda laya. Pero hasta ahora, nadie ha hecho ningún esfuerzo real por atacar sus causas y tratar de paliar este efecto que se está dando en forma masiva.

Yo estoy, con bastante paciencia, haciendo los trámites que debo hacer para establecerme, a corto plazo espero, en Canadá. Dimos con mi familia un golpe de timón para cambiar el rumbo de nuestras vidas y confiamos en que es la mejor decisión. Obviamente, ya el tiempo lo dirá pero estamos seguros que no nos equivocamos. La vida se vive una vez y hemos decidido salir a buscarla en la manera que nosotros creemos que debe ser, con seguridad, buena educación para nuestros hijos, mejores oportunidades tanto académicas como laborales, y sobre todo una mente abierta al mundo, a un mundo cada vez más globalizado al que, lastimosamente, el Paraguay a través de sus gobernantes, se niega a entrar.

viernes, diciembre 15, 2006

¿Vientos de guerra...?


Un tema que estuve siguiendo últimamente muy de cerca es el problema interno que está teniendo Bolivia.

¿Y por qué? se preguntarán muchos. Pues sucede que de alguna u otra manera, Bolivia está muy relacionada a lo que es Paraguay, no solo por compartir una frontera seca sino también por una guerra que mantuvimos hace unos 70 años atrás por la posesión de lo que es conocido como el Chaco Paraguayo. Hoy siguen vivos varios excombatientes de aquella contienda que durante 5 años desangró a ambas repúblicas.

Durante toda la dictadura de Alfredo Stroessner, el fantasma de una nueva guerra siempre estuvo latente, tanto en las palabras de nuestros abuelos que habían peleado aquella guerra así como en las voces autorizadas del gobierno como justificativo para mantener bien leal a las Fuerzas Armadas, quienes realmente se encargaban de reprimir al pueblo.

Hoy, con el gobierno ultranacionalista de Evo Morales, bajo la tutela y aprobación de Hugo Chávez de Venezuela, quien, según mi opinión muy particular se cree la reencarnación de Simón Bolívar, según algunos analistas y medios de comunicación de Paraguay, de nuevo surgen aquellos fantasmas de un posible enfrentamiento por el Chaco.

Tengamos en cuenta que Bolivia y Paraguay son las naciones más empobrecidas de Sudamérica y que ambos son mediterráneos, es decir, no tienen costas sobre el mar. En este punto Paraguay tiene una ventaja por su posición geográfica. Tiene los ríos Paraguay y Paraná que desembocan en el Río de la Plata, la puerta al mar. Ambos ríos son navegables por barcos de mediano calado. Las verdaderas razones de la guerra del Chaco han sido debatidas largamente en todos estos años. Una de las más sostenidas era que realmente fue una guerra por el petróleo de la zona (hoy lo tiene Bolivia) sustentada por dos grandes empresas petroleras extranjeras. Pero yo voy a referirme a la causa que nos enseñaron y enseñan en la escuela: Bolivia necesitaba y necesita una salida al mar.

Hace poco, se firmó un tratado de cooperación militar entre Venezuela y Bolivia para la construcción de bases militares en las fronteras bolivianas, el adiestramiento y la modernización del ejército boliviano y la actuación de militares venezolanos en cuestiones internas de Bolivia si fuera necesario. Según los medios de prensa, esto está causando preocupación en Chile, Perú (que también han tenido guerras con Bolivia), Brasil y Paraguay. Según el gobierno boliviano, tal convenio con Venezuela no era tal cual se lo pintaba y que sería tema de largo debate en el congreso, pero en una noche y como por descuido de la oposición, aprobaron dicho convenio.

Ahora Bolivia se encuentra con una crisis interna por el deseo de autonomía de las cuatro regiones más ricas del país. Según muchos puede desembocar en una guerra civil o guerra de secesión (Hugo Chávez ya ofreció su apoyo en caso de desbordes). Muchos opinan que para salir de tal crisis, pueden buscar un motivo de “unidad nacional” que podría eventualmente ser el Chaco Paraguayo, claro teniendo en cuenta que Paraguay sería obviamente un rival más fácil que los demás.

Yo en particular espero que esto realmente no se produzca. Deseo, a todo el pueblo boliviano que puedan zanjar sus diferencias internas de la mejor manera. No me gusta mucho la manera de hacer política de Morales, pero bueno, fue electo democráticamente y espero que traiga progreso a su país. Y, ojalá no se deje influenciar más por Hugo Chávez, ya que este acusa a Estados Unidos de ser imperialistas pero el quiere hacer lo mismo en Sudamérica.

La integración latinoamericana no se debe dar por la hegemonía de ningún país sobre otro, debe ser justamente una INTEGRACION para poder progresar todos. El MERCOSUR es un intento para lograr esto, pero no ha sido lo que se esperaba. Los países pequeños como Paraguay y Uruguay no han obtenido ningún beneficio desde mi punto de vista.

Deseo a la nación boliviana y a sus ciudadanos, que sus problemas internos se solucionen y que la amistad que une a nuestros países se mantenga. La guerra nunca es una solución y menos para dos países tan pobres como los nuestros.

miércoles, diciembre 13, 2006

Y los niños....cuándo?


El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, más conocido como UNICEF, presentó ayer en Paraguay su “Informe Mundial de la infancia 2007”.

El informe no resulta grato para el Paraguay ya que revela el poco interés que el gobierno pone en lo que respecta a su más preciado capital: Los Niños.

Transcribiendo lo publicado en el sitio www.vivaparaguay.com, éste menciona “Paraguay ocupa este año el puesto 106, de entre 190 países, en la tabla de posiciones que mide la mortalidad infantil en menores de 5 años, un indicador fundamental para medir el bienestar de los niños. Esto significa un leve retroceso con respecto al año anterior, en que se situó en el puesto 107.”

Según esta tabla, el país Latinoamericano mejor posicionado es Chile en el puesto 150. Hay que aclarar que el puesto 1 en este caso es el peor posicionado. Estos puestos están tristemente ocupados por países africanos.

La tasa de mortalidad infantil correspondiente a Paraguay es 23 y comparando con Canadá que se ubicó en el puesto 161 con una tasa de 6, por lo menos en porcentaje creo que estamos a años luz. El panorama es peor si tenemos en cuenta que la población de Paraguay es apenas de 6 millones de habitantes.

Es realmente triste ver en nuestro país a niños y niñas de todas las edades, desde bebés en brazos de otros niños hasta aquellos ya casi adolescentes en total estado de abandono pidiendo moneditas para poder sobrevivir, generalmente bajo la atenta mirado a lo lejos de algún adulto que es quien recibe lo recaudado.

Las leyes que favorecen a los niños están escritas, pero son letra muerta en nuestro país ya que el estado está totalmente ausente y al parecer no tiene una política orientada a salvaguardar los derechos de los niños y niñas.

Quiero aprovechar para destacar la denodada labor que cumplen muchas organizaciones no gubernamentales y personas particulares que trabajan con los menores y que a puro pulmón muchas veces consiguen alejar a éstos de las calles y los vicios dándoles la alternativa de algún oficio y por lo menos un techo donde dormir.

En este informe se insiste mucho sobre la igualdad de género y la violencia doméstica (tan común en Paraguay). Yo, en mi muy particular opinión, creo que la violencia contra la mujer en todas sus manifestaciones es una de las peores aberraciones que un hombre pueda cometer, ya que siempre mantengo fresca en mi memoria a mi finada madre, así como valoro muchísimo el esfuerzo de la mujer que día tras día desde hace doce años lucha a mi lado y también el futuro que representa mi hija de diez años.

No en balde dice el refrán “Educa a un niño y educarás a un hombre, educa a una niña y educarás una familia”.

jueves, diciembre 07, 2006

EL TERERE


Y bueno, a muchos les llamará la atención el nombre del blog (en especial a quienes no son paraguayos).

Descriptivamente, el tereré es una bebida que se toma en una guampa (cuernos de vacuno) con yerba mate y agua helada a través de una bombilla. Es como el mate pero frío. Se puede adicionar al agua algunas hierbas medicinales que abundan en el Paraguay y que sirven para varias dolencias según nuestras abuelas y madres, y que fueron transmitiéndonos de generación en generación.

Algo he tratado de explicar en la descripción de este blog pero voy a transcribir aquí un e-mail que me llegó hace ya un tiempo y que resume con mucho acierto, lo que el tereré significa para los paraguayos.

EL TERERE El tereré no es una bebida...
Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.

Pero no es una bebida.
En el Paraguay nadie toma tereré porque tenga sed.
Es más bien una costumbre, como rascarse.

El tereré es exactamente lo contrario que la televisión.
Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es hola y la segunda ¿tereré?.

Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres.
Pasa entre mujeres serias o chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico o entre los adolescentes mientras estudian.

Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse nada en cara.
Colorados y liberales ceban tereré sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos.
Los buenos y los hijos de puta.

Cuando tenés un hijo, le empezás a dar tereré cuando lo pide, y se sienten grandes.
Sentís un orgullo enorme cuando ese enanito de tu sangre empieza a tomarlo.
Que se te sale el corazón del cuerpo.
Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo solo, con yuyos, con un chorrito de limón.

Cuando conocés a alguien por primera vez, siempre decís, si querés venite a casa vamos a tomar tereré.
La gente pregunta, cuando no hay confianza: con limón, muy frió o no? El otro responde: Como tomes vos.

Los teclados de las computadoras tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas.
Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te la da, de onda le pedís y está todo bien. La yerba no se le niega a nadie.

Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.
Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez un tereré, solos.
No es casualidad. No es porque sí.
El día que un chico toma su primer tereré sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque ha descubierto que tiene alma.
O estas muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un tereré solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno.
Por adentro hay revoluciones.

El sencillo tereré es nada más y nada menos que una demostración de valores.
Es la solidaridad de bancar esa yerba lavada porque la charla es buena, la charla, no el tereré.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablas mientras el otro toma y viceversa.
Es la sinceridad para decir, cambiá la yerba, o arreglalo un poco.
Es el compañerismo hecho momento.
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, ¿está rico, no?
Es la modestia de quien ceba el mejor tereré.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir gracias, al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones mas que compartir.

Ahora vos sabes, un tereré no es sólo un tereré. Andá preparando el termo, que voy para allá.

Autor: un paraguayo anónimo

Bueno y para rematar, voy a mencionar algo que hace tiempo oí decir a alguien, ya no recuerdo a quién: "El mate es para tomarlo solo y reflexionar, meditar, en cambio el tereré es para compartirlo y disfrutarlo entre amigos".

Bueno, les dejo un rato que tengo que cebarme un poco de tereré... AAAHHHH !!!

La corrupción nuestra de cada día


Transparencia Internacional dio a conocer hoy su “Barómetro Global de la Corrupción”. Según este informe, en América Latina, los paraguayos estamos entre los que menos confiamos en nuestro gobierno en cuanto a la lucha contra la corrupción, siendo superado apenas por México.

También se miden otros valores como el porcentaje de gente que admite que al menos alguien de su casa pagó durante el año alguna “coima” (soborno), o qué tanto afectan los sobornos a la política en el país.

Bueno, estos datos por lo menos en lo que a mi personalmente se refiere, son correctos, es decir, si a mi me lo preguntaran, creo que tienen razón.

El tema es que si realmente los paraguayos no confiamos en nuestro gobierno, cómo es que seguimos votando por los mismos de siempre, ni siquiera se acude a las urnas para votar en blanco y demostrar lo que menciona el informe, es decir, demostrar la desconfianza hacia los gobernantes.

Creo que los paraguayos todavía necesitamos una buena dosis de educación cívica.

Puede leerse y descargarse el informe en el sitio de Transparencia Internacional.

miércoles, diciembre 06, 2006

Indignacion y furia



¿Existe la justicia en Paraguay? Es una pregunta a la que mil veces traté de encontrarle la respuesta, sobre todo una respuesta positiva pero nunca la encontré.

Ayer nuevamente el saldo fue negativo. La justicia no existe en este país, o por lo menos no para los humildes, para el ciudadano común, para Doña María que vende sus yuyos en el mercado, para Don Pedro que todos los días se levanta bien temprano para ir “colgado del estribo del tren” como diría Ignacio Copani.

Ayer, 5 de diciembre, fue el día tan esperado del fallo del tribunal que juzgaba la muerte de de casi 400 personas en el incendio del supermercado Ykuá Bolaños ocurrido el 1 de agosto del 2004. Todos esperábamos condenas ejemplares, condenas que nos den la esperanza que el Paraguay puede siquiera intentar hacer bien las cosas. Una vez más no fue así.

Homicidio culposo fue la sentencia del tribunal, lo que en nuestra legislación es penada con 5 años de prisión como máximo y que cumplido los dos tercios de la misma, es decir 3 años, los responsables ya pueden salir libres bajo palabra. Como los acusados ya están presos desde hace 2 años, solo les queda uno. Y peor aún, el homicidio culposo puede ser sustituido por una multa. Es decir, que como estos señores están forrados de billetes, pueden estar en las calles mañana. Es cierto, existen las apelaciones y que se yo cuantos mas procedimientos legales pero no es mi intención entrar en ese tipo de cosas dado que no soy abogado.

Solo quiero agregar algo más en este punto. La fiscalía y los abogados demandantes pidieron sentencia por homicidio doloso que tiene una pena de hasta 25 años. La diferencia con el homicidio culposo es que cuando hay dolo, hay intención o por lo menos hay una conciencia de que está mal lo que estas haciendo pero no te importa. Cuando es culposo, es como que no tuviste la intención de hacerlo o no te diste cuenta de lo que hacías. Si estoy equivocado, que me corrija algún letrado.

Pero hechas las aclaraciones volvamos al punto. Para aquellos que no se acuerdan o no conocen el caso (obviamente no me refiero a paraguayos), el incendio del Ykuá Bolaños se produjo según los expertos a causa de dos chimeneas (de la panadería y del patio de comidas) que no salían hasta el exterior y causaron una acumulación de gases entre el techo y el cielo raso, lo que lo convertía al supermercado en una garrafa gigantesca. Además no contaba con extractores eólicos, no había salidas de emergencia y el personal de seguridad no estaba entrenado para este tipo de situaciones. Y además de todo, cerraron las puertas para que “nadie salga sin pagar”. Esto último es lo que se les reclama a los responsables del supermercado.

Y llegó el día fatídico. Un domingo de pleno sol, un día donde muchísimas familias se reunieron en el patio de comidas del recién inaugurado supermercado, donde cientos de personas estaban haciendo sus compras. Parecería ser que la muerte esperó el momento apropiado, el momento en que más gente concurrió. Muchos acababan de recibir sus salarios, del fin de mes anterior, era domingo, hacía buen tiempo, era un día ideal para pasarlo en familia.

La garrafa estaba llena, saturada, y bastó una chispa para que aquella explotara. El cielo raso que era de material inflamable contribuyó a la expansión del fuego. Se vino el caos.

Muchos quedaron en sus lugares, calcinados, no tuvieron tiempo de escapar. Otros lo intentaron con todas sus fuerzas y no lo consiguieron, otros lograron salir y murieron después en los hospitales o ambulancias.

Familias enteras desaparecieron, muchísimos niños y jóvenes, madres, padres, hijos, abuelos, amigos. Gente de buena posición económica y gente humilde. Todos juntos dentro de esa gran construcción que se convirtió en sus tumbas.

Aquellos que intentaron salir, no pudieron hacerlo. Apenas se inició el incendio, según los testigos y sobrevivientes, se cerraron las puertas, lo que imposibilitó la salida y el pronto rescate. Surgieron los héroes anónimos que rescataron a muchos, algunos de ellos murieron en el intento.

Quedaron familias desmembradas, niños huérfanos, padres sin hijos, escuelas sin alumnos, especialmente los de la zona del súper. Murieron compañeros de trabajo, de colegio, de facultad. Maestras, médicos, enfermeras, vendedores ambulantes, niños, jóvenes, ancianos. Quedan hoy las secuelas de todo. A algunos les han quedado marcadas en el cuerpo. A otros, las secuelas psicológicas y espirituales más difíciles de borrar.

El primer revés para la gente afectada fue la no imputación de los intendentes. El intendente anterior al momento del suceso, pues fue durante su administración que se aprobaron los planos del edificio y el que ejercía el cargo en ese momento pues durante su mandato no se realizó la verificación de seguridad.

Vinieron luego dos años de un largo proceso judicial, entretanto se trataban de curar las heridas corporales y espirituales. Y finalmente el mazazo de gracia: La benévola sentencia del tribunal.

Los hechos posteriores, tal vez no se justifican, pero se comprenden. La gente indignada agredió al tribunal conformado, luego se trasladaron hasta el único local que queda de la cadena Ykuá Bolaños, lo reventaron a pedradas y lo saquearon. Es cierto, hubo delincuentes infiltrados que aprovecharon para saquear ese y otros comercios que nada tenían que ver. Pero, ¿quién provocó esa situación?, la “sospechosa decisión” de dos de los tres jueces que integran el tribunal.

Sinceramente, la decisión huele a dólares. Obviamente no es algo que se pueda probar, pero es sospechosa y es un golpe muy duro a los sobrevivientes y familiares de las víctimas del incendio.

Así está “la justicia” en este nuestro tan maltratado país, y yo por mi parte, no creo que haya muchas esperanzas de recuperación. Por eso, con mi familia, hemos decidido marcharnos. ¿Cómo lo haremos?, será ya en su momento, el punto central de otro post.

Y en homenaje a todas las personas que dejaron sus vidas en aquel infierno, dejo aquí una copia de éste poema que no se quien lo escribió en aquel triste momento, pero que ya recorrió foros, periódicos y cadenas de e-mail. A su autor, solicito el permiso debido y doy los agradecimientos correspondientes.

Y se abrieron las puertas del cielo……

¡Qué diferente está todo!
Las calles de Asunción están mustias y solitarias.
Pareciera que todo se detuvo por un momento esperando despertar de una pesadilla.
El silencio aturde, ensordece, y el aire que se respira es un aire de agonías.
Los rostros ardiendo se apoderaron de los vientos y nos dieron parte en el dolor de su muerte.

En el denso silencio, sólo se escuchan los gritos de nuestros amigos, de nuestros vecinos,
de la abuela con los regalos, del chico del carrito, del señor de las verduras,
de nuestra gente, de nuestro pueblo suplicando por un segundo más,
un segundo solamente, para intentar salvar sus vidas de la furiosa llama de la muerte.

Eran familias enteras en un domingo de supermercado preparando el entrañable almuerzo familiar, eran festejos, eran madres y padres llevando con amor el sacrificio de todo un mes a la casa, eran niños eligiendo lápices de colores para las tareas de la escuela,
eran madres eligiendo las mejores verduras para sus hijitos,
eran niños deseando impactados unos juguetes,
eran sueños, eran proyectos, eran vidas.

Creo que se les puede escuchar aún:
- ¿Mamá, por qué cerraron las puertas?
- ¡Señor no queremos robarle, es que nos cuesta respirar, es que nos lastima el fuego!
- ¡Cuidado, no pisen a la niña!
- ¡Abra señor, mis hijos me esperan!
- ¡Abra señor mi familia está adentro!
- Papá, mamá ¿qué pasa?
- ¡Señora siga caminando!
- ¡Abuelo no te mueras!
- ¡Abran las puertas por favor!

Gritos que retumban en nuestros oídos y no nos dejarán olvidar el día que se cerraron las puertas a sus vidas.
Más de trescientos cuerpos presos en una lujosa y moderna trampa de muerte,
trampa de colores con olor a pan fresco, caldera con ductos de aire acondicionado,
templo mezquino de fieles ingenuos.

Estuvimos con ellos, quisimos defenderlos, quisimos ayudarles a respirar, tiramos piedras contra la trampa y rompimos sus ventanas, abrimos huecos en las paredes de la trampa, pero la trampa era demasiado fuerte y el fuego traicionaba a su favor.
Hoy hay puestos de trabajos vacíos, hoy hay sillas en las guarderías vacías, hoy faltan abrazos de madres, hoy faltan consejos de abuelos, hoy falta alguien que empuje la hamaca, hoy sobra un plato en la mesa, hoy falta una canción, hoy falta uno en el equipo de fútbol, hoy faltan los que cayeron en la trampa.
Familias enteras se enfrentaron al fuego tomados de los brazos, otras personas lo hicieron absolutamente solas, ancianos, jóvenes, niños, pero todos estaban unidos en un solo grito que hizo temblar la tierra y la trascendió, dando testimonio del dolor, la desesperación, y la impotencia.
POR FAVOR, ABRAN LAS PUERTAS...!!!!!

Y se abrieron las puertas del cielo...

Canadá, allá vamos



Y sí. Estamos embarcados en esta aventura mi familia y yo. Hemos decidido hacerlo porque creemos que es lo mejor para nuestro futuro y el de nuestros hijos. Hemos decidido emigrar al Canadá.

Y aquí no entra el tema de nacionalismo, patriotismo o como quieran llamarlo. Yo me considero tan paraguayo como cualquiera, pero creo que he agotado las instancias desde el lugar que me ha tocado actuar como ciudadano y las respuestas que me ha dado el país a través de sus gobernantes no ha sido lo que yo esperaba.

Han pasado casi dos décadas desde que la dictadura de Alfredo Stroessner cayó. Casi dos generaciones y, la situación general del país, no cambió prácticamente en nada. Hubo habido avances pero no lo suficiente como para esperar en el corto plazo un cambio total. Se han desperdiciado preciosos años, se ha despilfarrado dinero, se han perdido vidas por levantar al Paraguay y el resultado, al ponerlo en la balanza, pesa más del lado negativo.

Creo que hice lo que pude. He participado activamente años atrás como catequista, tratando de inculcar a los niños y jóvenes además del amor a Dios y a la Iglesia, el pensamiento crítico a fin de que pudieran discernir mejor entre lo que conviene hacer para mejorar nuestro país. He concurrido a las urnas cada vez que se realizó una elección para ejercer mi derecho al voto, he pronunciado más de una vez mi opinión a través de los espacios que los medios de prensa otorgan al ciudadano común. He estudiado y trabajado honestamente tratando de poner mi granito de arena para mover la economía nacional. He cumplido la ley. He salido a la calle a protestar cuando consideré que el reclamo era justo. He sido, desde mi punto de vista, un ciudadano que intentó luchar su batalla desde los estamentos en que me correspondió actuar. Pero creo que estoy perdiendo la guerra. Otros, ya la han perdido hace tiempo.

Yo se que muchos considerarán mi actitud como la de un cobarde. Respeto sus opiniones pero me cansé. Me cansé de la corrupción, de la intolerancia, de tener que tragar sapos y culebras frente a los poderosos porque ante la ley ellos están primero, de aguantar parlamentarios vendepatrias, jueces que se venden al mejor postor, campesinos que votan por fanatismo y no por lo que realmente conviene, políticos a los que solo les interesa llenarse los bolsillos. Me cansé de ver las ciudades abarrotadas de basura que no se recoge, de la pésima educación vial y cívica, de los prepotentes o mbaretechos, del vaí-vaí, del ñembotavy, del así nomás luego es, de los funcionarios públicos coimeros, de los semáforos que no funcionan, de la creciente inseguridad, de la salud y la educación públicas ineficientes y caras, de la policía mal entrenada y corrupta, de los militares que no hacen nada por el país mas que descuerear soldaditos hasta matarlos muchas veces, me cansé…..

Quiero y tengo la oportunidad de darles a mis hijos un futuro mejor. Por lo menos voy a intentarlo. Para que mañana, el día que decidan por ellos, puedan optar por lo que mejor les parezca hacer en la vida y no tener que ceñirse a las limitaciones que el país te impone porque “de esa profesión no se come”.

Estamos dejando con mi esposa excelentes puestos de trabajo. Muy bien remunerados. Pero, ¿de qué me sirve tener una casa bonita, un auto de lujo o tal vez acumular mucho dinero en un país que no me da la garantía de la seguridad personal y jurídica? ¿Para qué querer juntar dinero en un país donde un peajero o un secuestrador lunático puede quitarme la vida o la de algún miembro de mi familia sin que la policía y menos los jueces y fiscales hagan algo?

¿Para qué querer un buen automóvil si después lo roban y encima debo comprarle combustible a la policía porque no tienen para cargarle a sus patrullas e investigar?

Si por todo esto quieren llamarme cobarde, entonces soy un cobarde. Pero no me quedaré aquí viendo como unos cuantos politiqueros rifan el futuro de mis hijos y muchos, miles de ciudadanos fanáticos o sin conciencia o con la conciencia y dignidad vendidas por miserables cincuenta o cien mil guaraníes no hacen nada, ni siquiera en las urnas que es donde verdaderamente está nuestro poder cívico.

Me voy. Se que será difícil, será duro pero tendrá su recompensa y a corto plazo. He decidido vivir mi vida y preparar un camino para mis hijos, sin olvidar mis raíces pero alejándome físicamente de ésta tierra que amo tanto pero que no me da lo que considero que debe darme como su hijo a través de los que gobiernan o mejor dicho, gobiernan mal.

Tal vez, quien sabe, el pueblo tome alguna vez conciencia y castigue a quienes tanto le han robado y masacrado en su dignidad, y en sus bolsillos. Nosotros tenemos la palabra con nuestro voto, pero no hacemos uso de ella en forma correcta. Es una pena y lastimosamente solo se vive una vez y yo no tengo alma de héroe.

Por eso, Canadá, allá vamos……

Y arrancamos...





Bueno, creo que antes que nada es necesario explicar el por qué de este blog.

Sinceramente, siempre he tenido la inclinación hacia la escritura, sobre todo, la narrativa. De ahí a que tenga talento o no, se lo dejo a los especialistas en el tema ya que yo lo hago simplemente porque me place, disfruto haciéndolo, además es como descargar tensiones y plasmar opiniones y experiencias sin ánimos de que esto se convierta o se asemeje siquiera a artículos periodísticos, cuentos, ensayos o cosa parecida.

Esto simplemente es y será lo que pienso y opino de ciertas cosas y experiencias, por lo que lo más probable será que en más de una ocasión se encuentren líneas cargadas de sentimiento y pasión, mientras que en otras me limitaré a narrar o describir alguna situación.

No quisiera que nadie se sienta afectado por lo que aquí lea, no es ese el objetivo; y si así fuere, no hubo intención, tengan eso por seguro. Pero quiero aclarar que, obviamente por tratarse esto de una especie de bitácora, no será del todo objetivo, ya que, y me disculpan los señores periodistas, para mí, la objetividad plena, total, no existe. Somos seres humanos, tenemos sentimientos y opiniones acerca de los hechos que se nos presentan a diario y es casi imposible dejar de lado lo que sentimos al referirnos a ellos.

Este es mi weblog, gracias por leerlo y compartir sus comentarios.

Quiero hacer un comentario especial, y aunque personalmente no lo conozco, agradecer a Guillermo Ziegler por haber inspirado en mí, sin saberlo, la intención de crear este espacio personal y por que no, de mi familia. No se si llegaré a mantenerme en la red tanto tiempo como él, o con la misma frecuencia, pero esa no es la intención de todos modos. Gracias Guillermo y familia, por la ayuda que brindan desde su weblog a muchos anónimos inmersos en el proceso migratorio al Canadá.