Nuestra historia en el tema migratorio si bien se remonta ya al 2001, se hizo más concreta hace un año.
Tras una poca afortunada estadía mía en Europa, por motivos que hoy no vienen al caso, al poco tiempo de volver ya estaba buscando de nuevo salir del país. En principio lo hice por el lado de obtener algún contrato con una empresa que requiera mis servicios tal como lo hice la primera vez. Finalmente esto no prosperó si bien en algún momento algunas personas me contactaron pero no pasó de ahí.
En el 2004 me inscribí en la Alianza Francesa pensando en ir a Québec, pero los motivos económicos me detuvieron. Analizamos también la posibilidad de Australia, del cual nos atraía mucho el clima muy parecido a nuestro país salvo por la diferencia que allí tendría el paliativo del mar para los días de intenso calor. Por una serie de motivos que tampoco vienen al caso detallar pero en los que imperó también el económico desechamos esa opción.
Tuve una opción concreta en España, pero realmente el salario ofrecido era bajo, recién luego de un año y contrato renovado, extranjería me iba a permitir llevar a mi familia y de cualquier manera, la solicitud ingresada por mi futuro empleador no prosperó.
Fue en mayo del año pasado cuando una situación realmente concreta y con serias posibilidades empezó a gestarse. Leí en el diario que la Delegación de Québec en Buenos Aires vendría a Asunción para dar una charla sobre las posibilidades de emigrar a Québec. Se lo comenté a mi señora y decidimos asistir por lo menos para escuchar.
La reunión fue el 30 de mayo del 2006. Yo sé que muchos considerarán que en esas reuniones te “venden espejitos”, pero a nosotros nos sirvió para animarnos a iniciar el proceso a pesar que al comienzo parece todo tan complicado. Quitamos de nuestras cabezas la frase “es imposible” y encaramos la situación, reunimos los documentos necesarios, el dinero que se necesitaba y finalmente el 20 de julio de ese mismo año enviamos nuestros datos a Buenos Aires. Entre medio de todo esto obviamente vinieron los cursos de francés, el apretarse un poco juntando el dinero para el proceso, las lecturas de blogs de gente que ya está allá, la búsqueda de información sobre empleo, trámites, vida cotidiana de allá, hacer contactos, la entrevista, etc.
Lo mejor de todo esto fue que conocimos personas formidables que como nosotros iniciaron este camino, algunos ya se encuentran en Québec, otros están por irse y otros están empezando.
Hoy a un año de haber iniciado concretamente el proceso si tenemos en cuenta la toma de decisión, estamos optimistas esperando que la embajada canadiense nos pida los pasaportes para estamparles la visa.
Hay fechas que le marcan a uno para bien o para mal y que probablemente no las olvide jamás. Nosotros, repito, estamos optimistas que esta y otras fechas relacionadas con nuestro proceso nos marquen para bien ya que no solo invertimos en esto bastante dinero que es lo de menos pues es algo material. Invertimos en esto muchos sentimientos, emociones, paciencia, esperanzas. Es como una gestación, y de esto hablarán con más propiedad las mujeres. Largo, con mucha ansiedad, buscando información sobre todas las etapas que van pasando, alegrándose con cada patadita que vaya dando el niño y en donde el parto se produce cuando pisás tierra en el país de destino y es allí cuando queda en tus manos cuidar del hijo que acabás de recibir. Que éste pueda crecer sano y de la mejor forma posible para que pueda ser feliz. No estará libre de problemas ni enfermedades pero hay que luchar para superarlas en lo posible siempre con optimismo y fe en uno mismo y en Dios para aquellos que lo conciban a través de alguna religión o creencia colectiva o personal.
No se si estaré correcto en mis apreciaciones y tampoco espero que otros las compartan, pero así lo vemos nosotros en mi familia. Estamos próximos al parto, hicimos el tratamiento según lo indicado, aún no sabemos si será exitoso pero esperamos confiados.
Tras una poca afortunada estadía mía en Europa, por motivos que hoy no vienen al caso, al poco tiempo de volver ya estaba buscando de nuevo salir del país. En principio lo hice por el lado de obtener algún contrato con una empresa que requiera mis servicios tal como lo hice la primera vez. Finalmente esto no prosperó si bien en algún momento algunas personas me contactaron pero no pasó de ahí.
En el 2004 me inscribí en la Alianza Francesa pensando en ir a Québec, pero los motivos económicos me detuvieron. Analizamos también la posibilidad de Australia, del cual nos atraía mucho el clima muy parecido a nuestro país salvo por la diferencia que allí tendría el paliativo del mar para los días de intenso calor. Por una serie de motivos que tampoco vienen al caso detallar pero en los que imperó también el económico desechamos esa opción.
Tuve una opción concreta en España, pero realmente el salario ofrecido era bajo, recién luego de un año y contrato renovado, extranjería me iba a permitir llevar a mi familia y de cualquier manera, la solicitud ingresada por mi futuro empleador no prosperó.
Fue en mayo del año pasado cuando una situación realmente concreta y con serias posibilidades empezó a gestarse. Leí en el diario que la Delegación de Québec en Buenos Aires vendría a Asunción para dar una charla sobre las posibilidades de emigrar a Québec. Se lo comenté a mi señora y decidimos asistir por lo menos para escuchar.
La reunión fue el 30 de mayo del 2006. Yo sé que muchos considerarán que en esas reuniones te “venden espejitos”, pero a nosotros nos sirvió para animarnos a iniciar el proceso a pesar que al comienzo parece todo tan complicado. Quitamos de nuestras cabezas la frase “es imposible” y encaramos la situación, reunimos los documentos necesarios, el dinero que se necesitaba y finalmente el 20 de julio de ese mismo año enviamos nuestros datos a Buenos Aires. Entre medio de todo esto obviamente vinieron los cursos de francés, el apretarse un poco juntando el dinero para el proceso, las lecturas de blogs de gente que ya está allá, la búsqueda de información sobre empleo, trámites, vida cotidiana de allá, hacer contactos, la entrevista, etc.
Lo mejor de todo esto fue que conocimos personas formidables que como nosotros iniciaron este camino, algunos ya se encuentran en Québec, otros están por irse y otros están empezando.
Hoy a un año de haber iniciado concretamente el proceso si tenemos en cuenta la toma de decisión, estamos optimistas esperando que la embajada canadiense nos pida los pasaportes para estamparles la visa.
Hay fechas que le marcan a uno para bien o para mal y que probablemente no las olvide jamás. Nosotros, repito, estamos optimistas que esta y otras fechas relacionadas con nuestro proceso nos marquen para bien ya que no solo invertimos en esto bastante dinero que es lo de menos pues es algo material. Invertimos en esto muchos sentimientos, emociones, paciencia, esperanzas. Es como una gestación, y de esto hablarán con más propiedad las mujeres. Largo, con mucha ansiedad, buscando información sobre todas las etapas que van pasando, alegrándose con cada patadita que vaya dando el niño y en donde el parto se produce cuando pisás tierra en el país de destino y es allí cuando queda en tus manos cuidar del hijo que acabás de recibir. Que éste pueda crecer sano y de la mejor forma posible para que pueda ser feliz. No estará libre de problemas ni enfermedades pero hay que luchar para superarlas en lo posible siempre con optimismo y fe en uno mismo y en Dios para aquellos que lo conciban a través de alguna religión o creencia colectiva o personal.
No se si estaré correcto en mis apreciaciones y tampoco espero que otros las compartan, pero así lo vemos nosotros en mi familia. Estamos próximos al parto, hicimos el tratamiento según lo indicado, aún no sabemos si será exitoso pero esperamos confiados.
4 comentarios:
Hola Nelson. Concuerdo con tus sentimientos.
Sin la existencia de la Delegacion de Quebec nosotros seguramente no estariamos aqui.
Cuando uno empieza a averiguar y en tu caso, teniendo la experiencia acerca de la emigracion que vos tenes, dificilmente puedan venderte espejitos de colores.
Pero hay gente que viene sin saber nada, que no averigua y que solo escucha esa charla y se queda con ese optimismo.
Ahi es donde creo que puede estar el error, porque las cosas llegan como consecuencia de un esfuerzo.
Seguramente te van a llamar pronto para que vayan a buscar las visas.
Saludos
Ricardo
Así es Ricardo, lastimosamente he visto gente que está preparándose en este proceso sin averiguar grandes cosas.
El otro día nomás alguien conocido que está preparándose para la entrevista al hablar de los alojamientos yo menciono un 4 1/2 y me pregunta ¿qué es un 4 1/2? Para mí este tipo de cosas son bastante básicas, son las cosas que primero te aprendés. Claro, aún está a tiempo de investigar pero aparentemente no lo está haciendo como debiera. Por lo menos es lo que pude apreciar.
Un abrazo.
Nelson
Hola Nelson,
El proceso es complicado pero la calidad de vida en Canada es muy superior.
No forzozamente en el aspecto economico, donde sa existen mejores opciones, sobre todo en seguridad, medio ambiente, respeto y oportunidades para los hijos.
Mientras mejor preparado estes mas rapidamente te vas a adaptar, pero siempre hay un periodo inicial complejo que varia de familia a familia, es parte de la factura a pagar o la inversion que tenemos que hacer para lograr una estabilidad y consolidacion de largo plazo.
Saludos
Arturo
Concuerdo a full con Arturo. Excelente su comentario.
Y agregaria tambien que cuanto mas rapido uno encuentre un trabajo mas rapido se le hace a uno lograr dar vuelta la tortilla (pasas de invertir a ahorrar con un trabajo permanente hablo).
Es por eso que es muy importante elegir la ciudad y en lo posible rezar que el trabajo surja en esa ciudad..... o que surja rapido (en gral se habla de 6 meses, pero eso varia muchisimo, hay quienes obtuvieron por contactos a los 2 meses y otros que tardan mas que 6 meses).
Yo vine dispuesto a hacer otros trabajos no profesionales mientras buscaba de lo mio y asi es que trabaje en Montreal en 2 lugares diferentes.
Saludos
Ricardo
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