Hay un ñe’enga (dicho popular en guaraní) que dice “tavy nandejukai ndereko asýnte” (la ignorancia no te mata pero te hace pasar penurias). Este dicho popular hoy día en nuestro país creo que está fuera de lugar.
Por qué digo esto. Porque en el Paraguay la ignorancia está empezando a matar gente. Y tal vez ni siquiera está matando al propio ignorante sino que las consecuencias de su ignorancia están alcanzando a otros.
Más concretamente me estoy refiriendo al dengue, enfermedad que está azotando el Paraguay en este tiempo de verano llegando ya a convertirse en epidemia. Según los datos, en América los únicos países libres de dengue son Uruguay y Canadá.
Es que al dengue más que en los hospitales hay que combatirlo en las casas, eliminando los posibles criaderos del mosquito transmisor (Aedes aegypty). En esto también juega un papel muy importante la labor de los municipios con la recolección a tiempo de las basuras, la limpieza de las calles y de los espacios públicos.
He oído de mucha gente que todo aquello que en materia de prevención están difundiendo las autoridades sanitarias es pura pavada y que esto siempre existió y que ahora nomás hacen mucha propaganda. ¡Qué tremenda ignorancia!, por eso justamente decía, hoy la ignorancia está matando a varios paraguayos.
¿Y quién tiene la culpa de la ignorancia del pueblo? Principalmente el estado y desde tiempos inmemoriables, porque si bien en las leyes, la educación primaria es obligatoria y gratuita, no se cumple como debiera por varios motivos. Muchos niños del interior no van a la escuela porque deben ayudar en el trabajo del campo a sus padres. En las zonas urbanas hay quienes ni siquiera tienen padres que se encarguen de ellos y deambulan por las calles drogándose, pidiendo limosnas o asaltando a transeúntes.
¿Qué se les puede pedir a ellos sobre prevención del dengue? Obviamente la respuesta es NADA.
Creo que más que nunca está saltando al tapete la pobre educación que se recibe y se ha recibido en Paraguay por lo menos la educación pública que debiera llegar a todos, así como nuestro débil y moribundo sistema de salud a nivel nacional sobre todo en cuanto al tema de prevención de enfermedades.
Esta es la consecuencia de años de postergación de la educación y la salud en Paraguay. Hoy se están viendo los resultados y lastimosamente no son los mejores. Es que hoy la misma vida nos está pasando la factura por los años de desidia gubernamental en estos campos.
Como decía aquella canción de Piero si mal no recuerdo: “estudiar era pecado, clandestino era saber, porque cuando el pueblo sabe, no lo engaña un brigadier”.
Esa fue nuestra realidad, en parte aún lo es. Estamos viviendo las consecuencias.
Por qué digo esto. Porque en el Paraguay la ignorancia está empezando a matar gente. Y tal vez ni siquiera está matando al propio ignorante sino que las consecuencias de su ignorancia están alcanzando a otros.
Más concretamente me estoy refiriendo al dengue, enfermedad que está azotando el Paraguay en este tiempo de verano llegando ya a convertirse en epidemia. Según los datos, en América los únicos países libres de dengue son Uruguay y Canadá.
Es que al dengue más que en los hospitales hay que combatirlo en las casas, eliminando los posibles criaderos del mosquito transmisor (Aedes aegypty). En esto también juega un papel muy importante la labor de los municipios con la recolección a tiempo de las basuras, la limpieza de las calles y de los espacios públicos.
He oído de mucha gente que todo aquello que en materia de prevención están difundiendo las autoridades sanitarias es pura pavada y que esto siempre existió y que ahora nomás hacen mucha propaganda. ¡Qué tremenda ignorancia!, por eso justamente decía, hoy la ignorancia está matando a varios paraguayos.
¿Y quién tiene la culpa de la ignorancia del pueblo? Principalmente el estado y desde tiempos inmemoriables, porque si bien en las leyes, la educación primaria es obligatoria y gratuita, no se cumple como debiera por varios motivos. Muchos niños del interior no van a la escuela porque deben ayudar en el trabajo del campo a sus padres. En las zonas urbanas hay quienes ni siquiera tienen padres que se encarguen de ellos y deambulan por las calles drogándose, pidiendo limosnas o asaltando a transeúntes.
¿Qué se les puede pedir a ellos sobre prevención del dengue? Obviamente la respuesta es NADA.
Creo que más que nunca está saltando al tapete la pobre educación que se recibe y se ha recibido en Paraguay por lo menos la educación pública que debiera llegar a todos, así como nuestro débil y moribundo sistema de salud a nivel nacional sobre todo en cuanto al tema de prevención de enfermedades.
Esta es la consecuencia de años de postergación de la educación y la salud en Paraguay. Hoy se están viendo los resultados y lastimosamente no son los mejores. Es que hoy la misma vida nos está pasando la factura por los años de desidia gubernamental en estos campos.
Como decía aquella canción de Piero si mal no recuerdo: “estudiar era pecado, clandestino era saber, porque cuando el pueblo sabe, no lo engaña un brigadier”.
Esa fue nuestra realidad, en parte aún lo es. Estamos viviendo las consecuencias.
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