miércoles, diciembre 06, 2006

Canadá, allá vamos



Y sí. Estamos embarcados en esta aventura mi familia y yo. Hemos decidido hacerlo porque creemos que es lo mejor para nuestro futuro y el de nuestros hijos. Hemos decidido emigrar al Canadá.

Y aquí no entra el tema de nacionalismo, patriotismo o como quieran llamarlo. Yo me considero tan paraguayo como cualquiera, pero creo que he agotado las instancias desde el lugar que me ha tocado actuar como ciudadano y las respuestas que me ha dado el país a través de sus gobernantes no ha sido lo que yo esperaba.

Han pasado casi dos décadas desde que la dictadura de Alfredo Stroessner cayó. Casi dos generaciones y, la situación general del país, no cambió prácticamente en nada. Hubo habido avances pero no lo suficiente como para esperar en el corto plazo un cambio total. Se han desperdiciado preciosos años, se ha despilfarrado dinero, se han perdido vidas por levantar al Paraguay y el resultado, al ponerlo en la balanza, pesa más del lado negativo.

Creo que hice lo que pude. He participado activamente años atrás como catequista, tratando de inculcar a los niños y jóvenes además del amor a Dios y a la Iglesia, el pensamiento crítico a fin de que pudieran discernir mejor entre lo que conviene hacer para mejorar nuestro país. He concurrido a las urnas cada vez que se realizó una elección para ejercer mi derecho al voto, he pronunciado más de una vez mi opinión a través de los espacios que los medios de prensa otorgan al ciudadano común. He estudiado y trabajado honestamente tratando de poner mi granito de arena para mover la economía nacional. He cumplido la ley. He salido a la calle a protestar cuando consideré que el reclamo era justo. He sido, desde mi punto de vista, un ciudadano que intentó luchar su batalla desde los estamentos en que me correspondió actuar. Pero creo que estoy perdiendo la guerra. Otros, ya la han perdido hace tiempo.

Yo se que muchos considerarán mi actitud como la de un cobarde. Respeto sus opiniones pero me cansé. Me cansé de la corrupción, de la intolerancia, de tener que tragar sapos y culebras frente a los poderosos porque ante la ley ellos están primero, de aguantar parlamentarios vendepatrias, jueces que se venden al mejor postor, campesinos que votan por fanatismo y no por lo que realmente conviene, políticos a los que solo les interesa llenarse los bolsillos. Me cansé de ver las ciudades abarrotadas de basura que no se recoge, de la pésima educación vial y cívica, de los prepotentes o mbaretechos, del vaí-vaí, del ñembotavy, del así nomás luego es, de los funcionarios públicos coimeros, de los semáforos que no funcionan, de la creciente inseguridad, de la salud y la educación públicas ineficientes y caras, de la policía mal entrenada y corrupta, de los militares que no hacen nada por el país mas que descuerear soldaditos hasta matarlos muchas veces, me cansé…..

Quiero y tengo la oportunidad de darles a mis hijos un futuro mejor. Por lo menos voy a intentarlo. Para que mañana, el día que decidan por ellos, puedan optar por lo que mejor les parezca hacer en la vida y no tener que ceñirse a las limitaciones que el país te impone porque “de esa profesión no se come”.

Estamos dejando con mi esposa excelentes puestos de trabajo. Muy bien remunerados. Pero, ¿de qué me sirve tener una casa bonita, un auto de lujo o tal vez acumular mucho dinero en un país que no me da la garantía de la seguridad personal y jurídica? ¿Para qué querer juntar dinero en un país donde un peajero o un secuestrador lunático puede quitarme la vida o la de algún miembro de mi familia sin que la policía y menos los jueces y fiscales hagan algo?

¿Para qué querer un buen automóvil si después lo roban y encima debo comprarle combustible a la policía porque no tienen para cargarle a sus patrullas e investigar?

Si por todo esto quieren llamarme cobarde, entonces soy un cobarde. Pero no me quedaré aquí viendo como unos cuantos politiqueros rifan el futuro de mis hijos y muchos, miles de ciudadanos fanáticos o sin conciencia o con la conciencia y dignidad vendidas por miserables cincuenta o cien mil guaraníes no hacen nada, ni siquiera en las urnas que es donde verdaderamente está nuestro poder cívico.

Me voy. Se que será difícil, será duro pero tendrá su recompensa y a corto plazo. He decidido vivir mi vida y preparar un camino para mis hijos, sin olvidar mis raíces pero alejándome físicamente de ésta tierra que amo tanto pero que no me da lo que considero que debe darme como su hijo a través de los que gobiernan o mejor dicho, gobiernan mal.

Tal vez, quien sabe, el pueblo tome alguna vez conciencia y castigue a quienes tanto le han robado y masacrado en su dignidad, y en sus bolsillos. Nosotros tenemos la palabra con nuestro voto, pero no hacemos uso de ella en forma correcta. Es una pena y lastimosamente solo se vive una vez y yo no tengo alma de héroe.

Por eso, Canadá, allá vamos……

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucha suerte en este proceso.
Fuerza!!! Que el camino parece pero no es tan largo.....
La Pato

Tereré dijo...

Gracias Pato, estamos optimistas en todo y ansiosos por que llegue el "día D".

Widam dijo...

Me sacaste las palabras de la boca.
En eso tiene toda la razon!..